EL COVID-19 PERMANECE, LA DESIGUALDAD AUMENTA: EL SUBDESARROLLO DICE PRESENTE (PROPUESTAS DE LECTURA DE LA CRISIS EN AMÉRICA LATINA) GREGORIO VIDAL

Grupo de Trabajo CLACSO Integración regional y unidad latinoamericana
Boletín Integración regional, una mirada crítica
Año 2 – Número #9
Julio 2020

1.- El número de personas contagiadas de COVID-19 en América Latina esta aumentando notablemente. La región alcanzó un total de 3.023.813 de casos confirmados el 7 de julio, que representan cerca del 50% de los contagios en América. En esa fecha, según cifras oficiales, este continente suma más de 6 millones de personas contagiadas de un total mundial de más de 11.5 millones, encabezando la lista Estados Unidos. La región representa alrededor del 25% del total mundial de contagios, cifra muy superior al tamaño de su población (menor a 9%) con relación al total mundial.

Brasil es el segundo país en el mundo por número de contagios y de decesos, con cifras que no guardan proporción con la dimensión de su población en el total mundial. Otros países de la región reportan cifras de contagios y decesos que no se corresponden con el tamaño de su población. Perú es el quinto país por número de contagios y décimo por decesos, aún cuando por tamaño de su población ocupa el sitio 43.México, Chile, Colombia y Ecuador están entre los que informan de un mayor número de contagios o de personas fallecidas, sin que exista correspondencia con el tamaño de sus poblaciones. Por ejemplo, Ecuador que ocupa el lugar 67 en el mundo por número de habitantes, tiene el sitio 25 por número de contagios y 20 por personas fallecidas, con el agravante de notables carencias en el seguimiento de la epidemia que implica más personas contagiadas y fallecidas.

2.- Las noticias sobre dificultades importantes para que la población pueda ser atendida por los servicios de salud en varios países de la región se multiplican, acompañadas de otras informaciones sobre el colapso en los servicios funerarios. Los acontecimientos reportados en gran cantidad de países de la región hacen manifiesto una notable incapacidad para atender la emergencia sanitaria. Se puede sostener que son hechos compartidos con gran cantidad de países desarrollados. Sin embargo, las infraestructuras y las capacidades en materia de salud son notablemente menores.

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