EU: La industria manufacturera no recupera el crecimiento
Viernes 09 de noviembre de 2012
En semanas recientes, en varios de los principales medios de comunicación de Estados Unidos se presentó un escenario de fuerte disputa por la Presidencia de ese país. La noche misma de la elección las cadenas de televisión destacaban el posible escenario de empate como algo inédito, pero posible. Si bien no hay una gran diferencia por el número de votos recibidos, el resultado final es algo diferente. Obama es reelegido con una importante ventaja en términos de votos para el colegio electoral. Durante toda la contienda el comportamiento de la economía fue un dato relevante. El desempleo no disminuye, pero también la Reserva Federal mantiene su política en materia de tasas de interés y de inyección de recursos al sistema financiero. Como he destacado en colaboraciones previas, lo cierto es que el crédito no se recupera y el PIB avanza con dificultades.
La campaña presidencial estuvo dominada por la presencia de la crisis. De un lado, se solicitaba tiempo para producir el cambio y, del otro, se hablaba del cambio real. Entre los temas fundamentales están la reducción del déficit y de la deuda pública. Para unos, el método incluye disminución de impuestos y hacer aún más pequeño y desarticulado el Estado de bienestar. Para los otros, encarar el déficit y la deuda no puede hacerse eliminando la red de protección social. En algunas elecciones presidenciales previas ha sido relevante la percepción que segmentos de la población estadounidense tienen de la economía y la comunicación que reciben en la materia por parte de medios de información. En la primera elección de Clinton fue un hecho destacado.
Las economías han cambiado en años recientes. En las más importantes del mundo desarrollado destaca el tamaño del sector servicios. Los datos sobre el Producto Interno Bruto indican que los servicios explican la mayor parte. Sin embargo, es sustancial la contribución de la industria. Los servicios de telecomunicaciones no se realizan sin múltiples equipos. Las firmas que comercializan productos, incluso por internet utilizan gran cantidad de maquinas. Los transportes, incluido el servicio de las compañías de aviación, están firmemente vinculadas con la manufactura. En años recientes hemos sido testigos de programas de gobiernos tan diversos como el de Alemania, el de Francia y el de Estados Unidos para mantener operando la industria automotriz en sus respectivos países. En Estados Unidos, además de créditos blandos para adquirir automóviles, el gobierno se volvió por un periodo accionista principal de General Motors y supervisó los cambios de propiedad en Chrysler y estuvo atento a la reestructuración en Ford. Sin embargo, a la fecha la industria automotriz en Estados Unidos no recupera su crecimiento. El nivel de capacidad de producción que alcanzó durante el año 2003 no lo tiene actualmente. Incluso el índice ha finales del año en curso es menor al que tuvo durante el año 2007, antes del inicio de la llamada gran recesión.
El conjunto de la industria manufacturera tiene un comportamiento semejante. Como se muestra en la gráfica adjunta el índice de la producción manufacturera de la Reserva Federal de Chicago, que mide el producto manufacturero en la región industrial principal del país, no se recupera del nivel alcanzado en 2007 e incluso se está debilitando en meses recientes. El índice de la producción industrial, compilado por la Reserva Federal, tiene un comportamiento semejante. El aumento sostenido de la producción manufacturera es un dato relevante para la creación de empleos formales. Indica que hay una recuperación de la demanda agregada y que otras actividades de la economía están creciendo. También da cuenta que los empresarios pueden avanzar inversiones, dado que el ambiente macroeconómico les es propicio, considerando que sus beneficios futuros cancelarán las deudas contraídas para ampliar la capacidad de producción. Para que esto suceda alguien debe detonar el proceso: adelantar gastos en las actividades productivas es el dato clave que debe guiar el gasto público. Solo así se resolverá la crisis y con ello, en un momento posterior disminuirá el peso relativo del déficit y la deuda pública. El tiempo pasa sin actuar en esa dirección.
* Profesor Titular, Departamento de Economía, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa. http://gregoriovidal.izt.uam.mx/